El fútbol, es el deporte más
popular del mundo, un fenómeno de masas que despierta pasiones, una industria
que mueve alrededor de 500 millones de dólares y convoca a más de 270 millones
de espectadores.
La FIFA es el dueño de la pelota,
aquí se tejen muchos intereses, el botín es demasiado grande y atractivo como
para no pelearse. Se mueve mucho dinero, pero también genera corrupción,
delincuencia y pandillaje, pero vende, eso es lo único que interesa a los que
piensan llenar sus bolsillos, allí radica el negocio.
El fútbol, es un deporte
hermoso, nos hace olvidar los problemas cotidianos, nos distrae y nos lleva al imaginario
mundo de la felicidad. Si se trata de fútbol, los conflictos se apaciguan, los
estudiantes cierran los libros, las rencillas familiares se postergan, los
gobernantes respiran y los pueblos se unen.
¿Por qué nos gusta tanto el
fútbol, y cómo influye en la mente del espectador?. Según Borges, el fútbol es popular porque la
estupidez es popular. Para el antropólogo, César Zamalloa, el fútbol es el opio
del pueblo, aliena, adormece multitudes, enajena conciencias y endiosa a los protagonistas.
El amor por la pelota,
perseguido por 22 hombres vestidos de corto, es una fuerza interior que no
admite explicación. El fútbol, nos hace pensar que nuestra vida puede cambiar
en noventa minutos. Por eso, dictadores y
presidentes democráticos, recurren a un buen partido como cortina de
humo.
Los ojos del mundo están
puestos en el mundial de Brasil, país con millones de niños pobres que ha
gastado millones de dólares en la organización del campeonato. Solo, el techo
del épico Maracaná, costó cien millones de dólares.
Llegó la hora del pitazo inicial
de un nuevo mundial, y como siempre, el Perú estará ausente. Ir al mundial es
cada vez más difícil, nuestra única opción es que Brasil nos incorpore como
provincia, así vamos ir al mundial, y todos felices. (Escribe:Yonel Trebejo Bustamante)
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