Winston Churchill, político y
estadista británico, autor de la célebre frase: “Nunca llegarás a tu destino si
te detienes a arrojar piedras a cada perro que te ladre", cuando fue nombrado
primer ministro, pronunció otra conmovedora arenga en la que afirmó no poder
ofrecer más que "sangre, sudor y lágrimas" a sus conciudadanos.
El pueblo británico aceptó
el reto y convirtió la terrible frase en un verdadero lema popular durante
cinco años, y su contribución a la victoria en la II Guerra Mundial iba a ser
decisiva. Con sus dotes de estadista y estratega militar, consiguió mantener la
moral en el interior y en el exterior mediante sus discursos, ejerciendo una
influencia casi hipnótica en todos los británicos.
Winston Churchill, a lo
largo de su brillante carrera, fue un hombre admirado y odiado por sus retractares, lo que en
ocasiones se convirtió en una pesada carga para sus compatriotas.
En el caso peruano, la
frase: “Nunca llegarás a tu destino si te detienes a arrojar piedras a cada
perro que te ladre", cobra vigencia en la coyuntura electoral. Los candidatos
en su afán de llegar al poder regional y municipal han tomado las redes
sociales para agazaparse en la sombra y lanzar una campaña infame, anónima y difamatoria
contra sus contrincantes, olvidándose de sus propios planes y programas de gobierno.
Los candidatos de la
aventura, de las malas artes y del juego sucio, han tomado caminos peligrosos
en la escalada a la cima. No han aprendido la lección, les encanta hacerse el
harakiri.
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