La guerra del marketing
político no se libra en los mercados, calles y plazas, menos en el medio geográfico,
sino, en la mente, en el propio y de los electores, un territorio falso y
difícil de entender. Vencer a la competencia desde una montaña mental, es el
desafío de toda organización inteligente.
Si en el pasado asistimos al
marketing político de las plazas y calles, el candidato con mayor convocatoria,
oratoria, retorica, convencimiento y demagogia ganaba las elecciones. Hoy, en
tiempos de la guerra de la información, las organizaciones con mejor estrategia
política va vencer, aniquilar y desplazar
al enemigo.
Ningún otro principio del
marketing político es tan fundamental como el principio de la fuerza; la ley de
la selva, el pez grande se come el pez pequeño. La organización con mayor
fuerza de influencia, tiende a
sobrevivir y quedarse en el segmento más
grande del mercado electoral.
La estrategia debe
desarrollarse desde abajo, no desde la cima; desde el conocimiento profundo de
la realidad y el cabal entendimiento de las tácticas, aplicar estratégicamente
los conflictos en el lugar y momento adecuado.
En cada ser humano existe
una caja negra, cuando se ve expuesta a un mensaje subliminal de publicidad,
ésta mira al interior de la caja negra para ver si es correcto o incorrecto lo
que dicen los demás del producto, una vez decidida la opción de consumo, es
casi imposible hacerlo cambiar de opinión, lo único que
se puede trabajar es negociar, por que los ganadores suelen tener siempre el
mejor producto, ahí está la clave del éxito, pensar mejor y no en pensar más.
Los responsables del
marketing político que mejor capitalicen los flancos en la fuerza de la
competencia, los candidatos que logren posesionarse en el inconsciente
colectivo, en el momento y tiempo determinado sobrevivirán; pero para
fortalecerse y no ser desplazado, se deberá tener presente dos conceptos
básicos del marketing político: inyectar el valor agregado a las ofertas
políticas y preocuparse por el manejo
agresivo e inteligente de la información.(La Prensa Nacional)
No hay comentarios:
Publicar un comentario