domingo, 11 de mayo de 2014

REGRESA GISELA, VIVA LA TELEBASURA

Una mirada a la televisión nacional que compite por mostrar el sufrimiento de las personas y la exhibición de la vida privada de la manera más sórdida de la condición humana en su lámina del sexo, la violencia, la sensiblería y el humor negro para generar la atracción de las audiencias.

El Perú no cambia. Una pena. Los congresistas cada vez más torpes. Una lástima. Las líneas del Chosicano y Orión cada instante más crueles y asesinos. Una tragedia. El aprofujimorismo cada hora más reaccionario. Una vergüenza. Y así, regresa Gisela Valcárcel a la televisión  y no pasa nada. “Hemos vuelto a la normalidad”, como hubiese dicho el poeta Martín Adán. Y Gisela hoy, es la reserva moral de una televisión hedionda y mononeuronal. Por ello vuelve como una señora, mejor, como una dama, mucho mejor, como una diva. Y su programa se llama con ese ingenio tan suyo: ‘Gisela, el Gran Show’. Y su primera invitada, a quien sentará en el sillón blanco, es otra dama o su hermana de leche, la señora Viviana Rivas Plata. O sea, como dicen en el colegio Santa María, cosa de cholos.

Sí, afirman los que saben que cuando un periodista escribe sobre televisión es que ya está en las últimas. No mi querida dama, al revés. Me sorprendo. Cuando Gisela emocionada contaba en la conferencia de prensa que este encuentro con “la otra” se da por primera vez, después de haberse separado de Roberto Martínez hace 17 años. ¿Roberto Martínez? ¿No estaba preso? Insisto, quiero ser cultural. Recupero la interesante información de América Televisión: “En varias ocasiones se había especulado que el exfutbolista había engañado a la “señito” con la modelo, seguramente todos estos rumores se aclararán este sábado. Disculpe, utilizaré mi máscara antigases y reproduzco a Gisela: “Este sábado mi primera invitada, después de 17 años de querer conocerla, es Viviana Rivas Plata, que además es una belleza que estuvo casada con la persona con la que yo estuve casada, Roberto Martínez. Luego invitaré a Nadine”. ¿Cómo?

TELEBASURA Y DEMOCRACIA

Dice el filósofo Gustavo Bueno en su libro “Telebasura y democracia. Cada pueblo tiene la televisión que se merece”. Punto de Lectura Madrid 2003: “La audiencia en la sociedad democrática, es la que manda y la televisión basura tiene que obedecer a esta demanda. Y no ya por razones éticas o morales, sino por razones de simple supervivencia democrática. Lope de Vega, hombre de teatro, conocía las leyes del mercado siglos antes de la televisión: “Si el vulgo es necio, es justo hablarle en necio para darle gusto”. ¿Y los periodistas? Mi estimada lady, los periodistas  de renombre y reputados que se pasan ‘al lado oscuro’ de la televisión lo hacen para dotarla de prestigio ante la opinión pública y para confundir periodismo con espectáculo. Así se conoce que la televisión paga a estos periodistas “sumas astronómicas con la que compran su anémica deontología profesional.

Esta semana, el Colegio de Periodistas de Lima (CPL) acordó iniciar –ya era tiempo, porque nadie dice nada-- y ejecutar una campaña contra la denominada “Alto a la televisión basura”.  El CPL desde hace unos días ha exhortaba a los canales de televisión a medirse en los contenidos, sugiriéndoles que no se debía hacer televisión para generar consumidores, si no ciudadanos. Vamos, la iniciativa vale pero hay que ser concretos. A la televisión le duele en los bolsillos. Por ello el gremio de prensa  también ha realizado un llamado a los auspiciadores para que no sigan apoyando a dichos programas. Si un anunciador se retira de un bodrio televisivo, seguro que reaccionan sus productores. Sugiere mi amigo Alfonso Bermúdez que como parte de la campaña se apunten a la línea de flotación; el financiamiento. Así, se promueva entre el público, la abstención de comprar, consumir o utilizar los productos, bienes o servicios de las empresas que auspician esa programación que hace tanto daño a la sociedad al desnaturalizar valores y principios.

NOTICIEROS DE MUERTOS

Pero no solo es telebasura programas “serios” como los de Gisela. Cuidado, los noticieros también cumplen su tarea. Peor, y los programas de reportajes dominicales, también. Un ejemplo esta semana es el programa América Noticia Primera Edición. Desde las 5 y 15 de la mañana y hasta las 8 de la mañana –cuando mis sobrinos toman su desayuno para irse al colegio—solo divulgaron información policial. Madres con sus hijos muertos en clínicas de Lima, cadáveres encontrados en un casino de Breña, anciana asesinada a golpes en Huánuco, escolar roba computadoras de su ex colegio en Ventanilla, soldado muere “en extrañas circunstancias” en la playa La Tiza, policía fue herido de bala tras resistirse al robo de su vehículo en Barranco. Raro, este viernes no se sadiquearon con los niños violados por sus padres.

Un ejemplo bien concreto ¿Quién construye la agenda de este esperpento morboso? Su  Directora de Prensa es la amiga colombiana Clara Elvira Ospina. ¿La culta conductora del programa de libros de “Tiempo de leer” en Canal N? Sí, la misma. Ospina, cuando asumió la dirección de las tres emisiones de noticias de América TV en el 2012 dijo en una entrevista para El Tiempo de Colombia que su reto era el de meterse al Perú en la cabeza, de aportar, aprender y adaptarse a la nueva vida: “Estoy obsesionada con los medios peruanos, estudiándolos. Una cosa impresionante del mercado peruano es la gran competencia. Hay cinco canales de TV abierta, tres de noticias de TV cerrada y bastantes periodísticos, incluso los domingos por la mañana y por la noche”. Se olvidó decir que todos estos noticieros también competían morbosamente cada uno por lucir más muertos y violados.

DESPRECIO CULTURAL

En el Perú, que ya conoce bien la señora Ospina, donde los niveles de lectura son muy bajos, el fracaso escolar es muy alto y el desprecio público por la cultura resulta colosal, los contenidos aberrantes de una televisión con una visión infrahumana, tiene éxito. Así, la ignorancia ilustrada y el racismo visceral que muestran los jóvenes en programas  como “Esto es guerra”, “Versus de colegios” es consecuencia natural del estercolero que resulta el concepto que tienen los productores de nuestra televisión. Entonces Laura Bozzo no ha muerto ni Magaly Medina está enterrada. Al contrario, la telebasura de hogaño había empezado con el descomunal y tragicómico Augusto Ferrando quien cada vez que encendemos el televisor regresa a la memoria colectiva del país.

La industria cultural en el Perú goza de salud económica y la sociedad del espectáculo rebosa plena de prosperidad. En el Perú tienen éxito descomunal los programas de imitadores. Nadie así es genuino. Todos copiamos y calcamos a otros, los artistas, los asesinos. Aquí, sin embargo, se trafica con valores que denigran a las mujeres como es el caso de La paisana Jacinta y La chola Chabuca. Esa es una imagen cruel de las peruanas. Pero es patética y miserable la imagen de Florcita Polo y su madre Susy Díaz. Y todo es natural y nadie dice nada. En este imperio de lo grosero, prima esta estética de lo grotesco. Entonces regresa Gisela, “la señito” y todos felices. Qué rico país. Escribe: Eloy Jáuregui (Diario16)

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